
LALO NOS CUENTA
. texto de Lalo y gráfica de Joel
La enseñanza acá es muy flexible. Cada persona es un mundo. He aprendido a escuchar mucho, a hablar con los participantes de mis talleres, entender a qué vienen, quiénes son, qué hacen y para qué les sirve lo que aprenden acá. Cada trimestre es diferente. En cada clase me tengo que adaptar, probar, «esta técnica no les gustó, se complicó». Y así me voy. Toda esa construcción, evolución y adaptabilidad debe tener el taller.

Llegué al faro recién salido de la universidad hace 10 años. Soy diseñador de la UNAM. Yo tenía experiencia en trabajo comunitario. Pero trabajar en la Faro es diferente a todo lo que conocí antes. El principal reto fue enfrentarme a un espacio tan abierto. Tienes que cuidar qué tan fuerte vas a hablar para no molestar al otro. Acá todos vemos lo que hacen los demás. Entonces, es más fácil crear proyectos con otros talleres.
Aprender, colaborar y enseñar desde la comunidad…